El aspecto de nuestra piel depende de diversos factores, algunos de ellos hereditarios, pero también obedece a los cuidados que le dispensamos. La piel normal es una piel hidratada, con aspecto fresco, luminoso, brillo moderado y color uniforme, elástica, flexible y resistente.
La coloración de la piel depende de la combinación de varios pigmentos endógenos y exógenos, de los cuales el más importante es la melanina, cuya síntesis está regulada por factores raciales y genéticos. De ahí las variaciones en el tono natural de la piel.
La piel y la exposición a la radiación solar
Cuanto más pigmentada se encuentra la piel, mejor protegida estará contra los efectos negativos del sol. Existen diversos fototipos que miden la capacidad de cada persona de poder broncearse o, por el contrario, quemarse la piel por la exposición solar:
- Fototipo I: lo constituyen las personas de piel muy pálida, generalmente pelirrojos, con una piel que se quema con facilidad, apenas se broncea, y que suelen sufrir reacciones fotoalérgicas al exponerse de forma prolongada a la luz solar directa.
- Fototipo II: personas de piel blanca, sensible y delicada, en general de cabellos rubios o claros, que se broncean con cierta dificultad y se queman.
- Fototipo III: corresponde a personas con cabellos castaños y pieles intermedias, que enrojecen primero y se broncean después de su exposición al sol.
- Fototipo IV: pertenece a las personas de cabellos morenos o negros, de pieles oscuras, que consiguen broncearse siempre y no suelen sufrir quemaduras.
- Fototipo V: personas cuya piel es más morena que la del fototipo IV.
- Fototipo VI: personas de piel muy oscura (piel negra).
Esta clasificación se utiliza en medicina y en cosmética para recomendar cremas de protección solar con factores que oscilan entre 50 para las pieles más sensibles y 6 para las menos sensibles.
Cómo protegerse del sol
La mejor forma de evitar el daño que puede producir el sol es alejarse y/o protegerse de las radiaciones solares intensas y directas. He aquí algunas recomendaciones:
- Manténgase alejado del sol cuando sus rayos son más fuertes (entre las 10 de la mañana y las 4 de la tarde).
- Tenga en cuenta el índice UV. Este dato le ayudará a planificar sus actividades al aire libre para evitar una exposición excesiva a los rayos del sol. Es necesaria protección solar siempre que el índice UV prevea niveles de exposición de moderados a altos (índice UV de 3 o superior).
- Aproveche las sombras. Póngase a la sombra cuando los rayos UV sean más intensos, pero no olvide que los árboles, las sombrillas o los toldos no protegen totalmente contra la radiación solar.
- Utilice prendas de vestir que cubran las zonas más expuestas, y sombreros o gorras.
- Use gafas de sol con buena cobertura, que le brinden un 100% de protección contra los rayos UV.
- Aplíquese una crema protectora de amplio espectro, con factor de protección igual o superior a 30. Extiéndala generosamente sobre la piel expuesta y repita la aplicación cada dos horas, o antes y después de nadar, jugar o hacer ejercicio al aire libre.
- Proteja a los niños, ya que suelen ser más vulnerables. Los bebés deben permanecer siempre a la sombra.
Pida consejo a su farmacéutico. Él le ayudará a elegir el protector más adecuado para su tipo de piel.
Fuente: Organización Mundial de la Salud.